Cinco Posiciones Pentatónicas Transformadas a tu Gusto

Las pentatónicas son como lasTablas de Multiplicar del guitarrista: son imprescindibles, por lo prácticas que son a la hora de tocar en cualquier estilo o situación musical. Pero, sobre todo, porque las cinco posiciones pentatónicas transformadas a tu gusto —con unos pequeños cambios— pueden sorprendernos increíblemente.

Cualquiera de las archiconocidas cinco posiciones de las pentatónicas, las famosas cinco boxes o digitaciones, se puede transformar en otras cosas de una belleza inigualable, ¡y seguir siendo escalas pentatónicas!

Me parecen un recurso fantástico, no sólo por su sonoridad rock o blues, o por lo comunes que son en cualquier estilo de música, sino porque son como el patito feo, ¿recuerdas?: era realmente un cisne.

Vamos a escudriñar en sus misterios. A encontrar sonoridades que, sinceramente, me parecen increíbles.

Pero antes un poquito de historia interesante…

Origen y construcción

El origen de este tipo de escalas se remonta a los comienzos de la civilización, va de la mano con desarrollo de las artes y las ciencias hasta su evolución final.

Probablemente, este tipo de sonoridades (sonidos aislados, consecutivos o simultáneos) se descubrieron en varios lugares del planeta de manera paralela, aunque parece que su raíz proviene de Asia.

Lo fundamental, es que se tratan de escalas que surgen de la necesidad de aumentar el repertorio de sonidos esenciales que permitieran, de manera agradable al oído, componer piezas más variadas.

Se descubrió que, dividiendo la longitud de una cuerda en fracciones establecidas, surgían sonidos directamente relacionados con la nota que originalmente reproducía la cuerda. Estos sonidos son los llamados intervalos: octavas, quintas y cuartas…

Las más consonantes o agradables al oído resultaban ser las quintas. Y, curiosamente, la escala pentatónica se puede considerar como una construcción a base de quintas sucesivas desde la nota raíz (tónica).

Para entenderlo usemos el ejemplo de la escala pentatónica de C.

A partir de esta nota, iremos añadiendo notas a distancia de quinta justa, es decir 3 tonos y ½ ; la distancia que hay desde C hasta la nota G.

La cosa queda así:

C, G, D, A, E, B.

Ahora ordenamos el resultado de forma ascendente desde la nota C (nos ceñimos a la escala de C: C-D-E-F-G-A-B, no usaremos notas fuera de esta escala).

C, D, E, G, A, B.

Pero… ¡Hay seis notas! Las pentatónica tienen cinco.

Volviendo al concepto consonante, encontramos que las notas que se posicionan ½ tono por encima o debajo de otra nota provocan cierta tensión, que, digamos, «rompe el equilibrio».

De ahí que debamos prescindir de la única nota que tiene esta característica: B.

La escala, por fin, tiene cinco notas como nos indica la palabra pentatónica, y representa la más básica de las escalas de este tipo. La pentatónica mayor:

C – D – E – G – A

Pentatónicas mayores y menores

Si ordenamos las cinco notas desde A (nota raíz del modo menor relativo de la escala de C), la configuración nos da la pentatónica menor:

A-C-D-E-G

Ahora que tenemos las dos escalas pentatónicas principales, mayor y menor. Podemos analizarlas desde un punto de vista más fácil y directo que el de las quintas.

Comparemos las escalas pentatónicas con sus respectivas originales: mayor y menor naturales (diatónicas, que en griego significa: todos los tonos y consecutivos).

Observamos, pues, que la diferencia entre las mayores —diatónica y pentatónica— es que la pentatónica mayor no tiene la 4ª y la 7ª.

Y entre las menores, de manera análoga, esa diferencia con respecto a la menor diatónica es que la pentatónica menor no contiene la 2ª y la 6ª.

Ahora ya, con este pequeño preámbulo, ya puedes descubrir alguna de las maravillas escondidas en las pentatónicas.

Así quedan las cinco posiciones pentatónicas transformadas

Abarcar aquí todas las posibilidades que surgen es una tarea inútil, pues sería un artículo de scroll infinito… pero, te voy a poner un ejemplo para que lo entiendas.

Las demás opciones la irás encontrando según profundizas; y vas adquiriendo esa imprescindible autonomía: necesaria para llegar a tocar la guitarra decentemente.

Luego, lo demás, compruébalo en el vídeo que te dejo más abajo.

Vamos ahora con el ejemplo.

El sistema de transformación es, simplemente, cambiar uno de los intervalos de cualquiera de las dos pentatónicas —mayor o menor—, sustituyéndolo por una nota que no esté en la escala pentatónica, para generar, así, un nuevo y distintivo intervalo.

Mira estas dos escalas: una pentatónica menor y el resultado de cambiar su b7ª por una 6ª mayor.

1b345b7
Pentatónica de GmGBbCEF
Pentatónica de Gm6GBbCDE
1b3456

Aquí tienes un esquema del resultado:

pentatónica menor de sexta

Te aconsejo fuertemente que pruebes a tocar la escala de la imagen, verás qué sonoridad tan misteriosa.

Esto mismo, se puede hacer con cualquier nota de las escalas pentatónicas—excepto con la raíz—, sustituyéndola por otra que funcione como un intervalo determinado, que tu quieras incluir.

Para que las cinco posiciones pentatónicas, transformadas a tu gusto, se conviertan en tu marca de la casa: en tu forma peculiar de crear melodías y solos.

De todos modos, estos conceptos necesitan profundidad y dedicación: para usarlos con elegancia y sentido es necesario manejar otros conceptos que nos abren la puerta para tocar con coherencia. Por eso…

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