Cuando hablamos de tocar a tiempo casi siempre pensamos en cosas como el metrónomo, pero no es habitual que nos fijemos en la importancia de cómo comprender un ritmo de guitarra.
Me refiero a la facultad de analizar los elementos que conforman un ritmo determinado, atendiendo a su duración y dinámicas.
En este artículo te voy a explicar lo imprescindible para que la próxima vez que quieras tocar un riff de guitarra o unos acordes de acompañamiento, seas capaz de entenderlo adecuadamente para que suene como quieres.
Además, al final del artículo, te comparto el último vídeo del mega tutorial de Pink Floyd, donde analizo con un alumno el ritmo da la estrofa del tema Wish You Were Here.
¡Vamos pa ya!
EMPECEMOS POR LO BÁSICO PARA SABER CÓMO COMPRENDER UN RITMO
Estos son los dos grandes amigos que queremos conocer:
- El tipo de compás
- Las figuras rítmicas
Voy a hablarte brevemente de ellos.
Tipos de Compás
No te asustes, esta parte la vamos a finiquitar en un plis.
El Compás es la pieza clave del ritmo en la música. Es la organización temporal de algo que no se puede representar bien en el papel, ni en la imaginación.
Son periodos de tiempo y no se pueden dibujar; a no ser que echemos mano de ciertas artimañas. Por eso los representamos y acotamos de manera espacio-temporal, digamos.
Ahora, para resumir, piensa que lo más habitual es que, en el tipo de música que escuchas, te encuentres estos tres tipos de compases, según número de partes que contienen. A estas partes se les llama —oficialmente— tiempos o divisiones:
- Compás cuaternario (cuatro partes), el rey de los compases, el que más te vas a encontrar en rock, pop, blues, etc. Se escribe 4/4 y representa así:
- Compás ternario (tres partes); 3/4 , más típico en la música folclórica :
- Compás binario (dos partes); 2/4, que suena más, digamos, «marcial», como a banda de música militar:
Aun así, te aconsejo, que si no tienes mucha experiencia te centres en comprender e integrar intuitivamente el compás de cuatro por cuatro (4/4), que es, con diferencia, el que más te vas a encontrar.
La importancia de comprender cómo se ejecuta y suena cada tipo de compás radica en que es la primera capa de la estructura de un ritmo. El compás hace que interpretes la música de una manera especial y característica de cada tipo de compás.
Esto tiene que ver con las dinámicas, pero lo hablamos luego…
Si quieres ver cómo el tipo de compás afecta a la interpretación, puedes echarle un ojo al artículo que escribí sobre la construcción del estilo musical.
Figuras rítmicas
Cada una de las subdivisiones con que se pueden compartimentar las unidades de un compás, se llama figura rítmica.
Aquí entran al terreno de juego las famosas negras, corcheas, semicorcheas, blancas, redondas, fusas, etc. Los ingredientes básicos de la notación en el solfeo…
Aquí, deberíamos extendernos bastante, pero no lo voy a hacer.
Simplemente quédate con esto: cada tiempo de un compás (parte, división) lo podemos repartir en «trozos» más pequeños, de tamaños iguales o desiguales.
De esta repartición depende fundamentalmente la manera de entender, escuchar y sentir un ritmo. El orden, la combinación y la relación de duraciones es casi infinita, por eso, hay múltiples formas de tocar ritmos.
Aunque, la verdad sea dicha, en general las personas aceptamos ritmos estándar, es decir, los ritmos muy complicados no tienen muy buena acogida, jejeje.
Por eso, a la postre, rítmicamente —dependiendo de cada estilo— se toca con clichés y maneras que se repiten en la mayoría de las canciones que existen.
Dinámicas: la salsa del ritmo
Una vez que hemos comprendido las dos capas principales a la hora de trabajar con un ritmo, toca entender por qué dos ritmos con elementos idénticos suenan diferentes.
Si tocamos una combinación concreta de figuras rítmicas sobre un determinado compás, pero de manera plana, es decir, con el mismo tipo de presión y de volumen al ejecutarlas, el resultado será siempre igual.
En cambio, si a ciertas notas les imprimimos toques diferente, presionamos más o menos las cuerdas o les damos con menos o más fuerza, el resultado puede ser sorprendentemente diferente.
Este trabajo se realiza variando la presión de la púa o la mano al golpear las cuerdas y variando el sentido con el que la púa o la mano entran a rasguear las cuerdas.
Vuelve a imaginar la cantidad inacabable de combinaciones posibles si, por un lado, combinamos diferentes figuras rítmicas y, por otro, les imprimimos dinámicas diferentes cada vez…
Formas de representación alternativas al solfeo
En mis clases de guitarra, armonía y composición online, y en los talleres, no todo el mundo tiene nociones de solfeo suficientes como para comprender un ritmo con el lenguaje y la escritura que se utiliza en las partituras.
Por eso suelo usar una manera que la llamamos en clase «hueveras» (si me conoces, ya sabes la afición que tengo a poner a las cosas de guitarra nombres de figuras conocidas, jejeje).
Es un sistema que se le denomina rhythm grid, en castellano rejilla rítmica.
Consiste básicamente en representar el compás de manera lineal y repartirlo con bolas o cruces dependiendo de si hay sonido o silencio.
Al ser como un puzzle, de manera visual, mucha gente acaba comprendiendo perfectamente lo que tiene que tocar. Comprende cómo es el ritmo.
Es parecido al sistema de flechas que se usa muy habitualmente, pero con la ventaja de que ves claramente dónde se localiza cada golpe de púa o rasgueo en el compás.
El sistema de flechas que se usa en muchos métodos no te aclara, en general, dónde colocar cada elemento y dependes del audio para localizarlos. Esto, normalmente, sobre todo si no tienes buen oído, se convierte en una misión infructuosa.
Te dejo un ejemplo de mis hueveras con flecha incluida. A ver si consigues tocar algo que se le parezca.
Bueno, bueno, bueno, espero que te haya sido interesante. Ahora para ver cómo comprender un ritmo, analizándolo y llevándolo a la practica, te dejo este fundamental vídeo.
Nos leemos en el siguiente artículo.