Armonizar una Melodía: Aprendiendo a componer (I)

Cómo armonizar una melodía con acordes es un tema recurrente en mis clases. Aunque parece complicado, en el fondo es tan sencillo como dejarse llevar por el gusto personal y la intuición.

Siempre que el resultado que se busca sea profundizar en tu modo de entender la música, no hay reglas u obligaciones; aunque es cierto que entender la teoría musical mínimamente es una gran ayuda, muchas veces imprescindible.

Otra cosa es que se busquen resultados económicos o éxito mediático. Eso es otro tema. En esas circunstancias, se suele echar mano de clichés y fórmulas repetitivas que provocan en el oyente la sensación de estar escuchando algo conocido aunque no se sepa qué. Es una manera de enganchar y generar ventas.

Ahora, yo creo y siento que lo verdaderamente bonito y emocionante es encontrar tu voz —como se suele decir— sin formalismos, dejando fluir tu sensibilidad y, si hace falta, siendo lo más rebelde o estrambótico posible. Jejejeje.

Importante: al final del artículo tienes un vídeo donde profundizo para ayudarte con el aprendizaje y uso de lo que trataremos. Pero, sería muy interesante que leyeras el artículo primero, para tener las nociones necesarias y sacarle el máximo partido al contenido del vídeo.

El reto de armonizar una melodía

Si te has propuesto alguna vez componer algo —o lo has experimentado a fondo—, habrás sido consciente de lo difícil que es dar con el resultado «adecuado».

También, de lo increíblemente grato que es encontrar esa mágica combinación Melodía-Armonía, que tiene la facultad  de emocionar, no sólo a ti, sino —sobre todo— a las personas que escuchan tu composición.

Cuando componemos una canción o tema instrumental lo podemos hacer, básicamente, de tres maneras:

  • Encontramos una secuencia de acordes que nos motiva y después buscamos una Melodía que «encaje» bien en esa Armonía.
  • Componemos una Melodía y encontramos después la secuencia de acordes que mejor funcione, según nuestro oído, para acompañar dicha Melodía.
  • Se van encontrando la Melodía y la Armonía según según la composición avanza.

Encontrar melodías y armonías que nos permitan componer canciones o temas instrumentales de «éxito», usando la prueba y error es, quizá, lo más habitual. Sin embargo, este método es casi como jugar a la lotería.

Pero… Siempre dispondremos de las dos herramientas primordiales que nos pueden allanar un poco el camino en esta búsqueda.

Son la Armonización y la Rearmonización.

¿Es lo mismo armonizar que re-armonizar?

A veces se confunden. Pero no son exactamente lo mismo.

Armonizar es crear una armonía que acompañe una melodía —ya sea propia o de otro— por primera vez.

Rearmonizar, en cambio, implica tomar una melodía que ya tenía su acompañamiento original, y buscarle otros acordes distintos. Más ricos, más personales, más atrevidos… o simplemente, diferentes.

Pero ojo: las técnicas de armonización sirven también para rearmonizar. Solo que en el caso de la rearmonización, puedes usar además otros recursos adicionales (intercambio modal, sustituciones, superposiciones, etc.) que a veces no se usan cuando armonizas desde cero.

armonizar una melodía

Caso práctico: (re)armonizar a Nirvana

Para explicarlo todo esto de forma clara y con un caso real, he hecho un ejercicio que puede resultarte familiar…

He tomado la melodía de de «Smells Like Teen Spirit», y la he reharmonizado desde cero, con acordes completamente nuevos. Sin las guitarras distorsionadas, sin la energía grunge… sólo la melodía pura, y un montón de posibilidades armónicas que nacen de ahí.

El resultado lo puedes ver en este otro artículo, donde te muestro cómo quedó la versión final:

Ver el resultado final de la rearmonización de Nirvana

Abajo tienes el vídeo donde explico todo el proceso: cómo decidí los acordes, qué papel juega la función tonal, cómo entran los acordes alterados, y qué tipo de criterio sigo cuando quiero que la armonía se «libere» del cliché pero siga sirviendo a la melodía.

La armonía como camino de expresión personal

Este tipo de ejercicios —ya sea con melodías ajenas o propias— son una herramienta brutal para entender cómo funciona la música por dentro… y cómo puedes hacer que suene como tú quieras.

Al principio, puede parecer un lío: notas, escalas, funciones, compases, acordes que no son «los normales»… pero con práctica, todo se convierte en un juego de posibilidades.

La composición y la armonización no son una ciencia exacta. Pero tampoco son magia. Son el resultado de conocer el lenguaje musical… y de atreverse a hablarlo con tu propia voz.

¿Quieres aprender más sobre armonizar una melodía?

Si quieres profundizar en armonía, composición o rearmonización aplicada a la guitarra, podemos trabajarlo en clases online. Escríbeme y te cuento cómo.

Puedes informarte más y contactar aquí: Clases de guitarra, armonía y composición online. O también —para empezar a abrir camino—, mi Libro de Ritmo y Armonía: La Escala hacia el Cielo

Y si te ha gustado este enfoque, quédate por aquí: esto es solo el primer capítulo de una serie que seguirá desarrollando este tema paso a paso.

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