Tocar la guitarra no se trata sólo de rasguear cuerdas…
Es una herramienta poderosa para energizarte: para mejorar tanto tu propia energía como la de quienes te rodean.
Cuando buscas tu guitarra, la sacas de la funda, tocas algo, te concentras en tus sentidos y te pierdes en la música, involucras tanto tu mente como tu cuerpo, creas algo: un ritmo y una sonoridad que resuenan con tu alma.
Esta —podría llamarse— meditación, puede mejorar tu estado de ánimo, aumentar los niveles de energía y brindarte una sensación de plenitud.
El acto de crear música es inherentemente terapéutico y ofrece una liberación del estrés y la tensión.
Pero la magia no se detiene ahí.
Cuando compartes tu música con otras personas, ya sea a través de actuaciones, jam sessions o, simplemente, tocas en un parque o para un reducido grupo, propagas la positividad como el fuego y la luz lo hacen con la pólvora.
Tus melodías y tus ritmos se convierten en una fuente de alegría, levantan el ánimo —el tuyo y el de los demás— y fomentan la conexión entre los oyentes.
Entonces, ya sea que estés tocando a solas en tu habitación o tocando para una multitud, deja que la música fluya y observa cómo te llena de energía tanto a ti como a quienes te rodean.
Ya sabes: «Recibes lo que das y luego das lo que recibes»
Tocar la guitarra puede ser tu manera de ser un poco más libre… #tocarlaguitarraparaqué #reflexionesguitarreras #freedomguitar
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